¿QUÉ QUEREMOS LAS MUJERES?

Claudia Seminario Gómez

Igualdad de oportunidades

La lucha por una participación en igualdad de condiciones y oportunidades dentro de nuestra sociedad y en el mundo, sigue vigente en esta fecha especial por el Día Internacional de la Mujer, como nos lo recuerda la autora del presente artículo.

Cuando leo esta pregunta, viene a mi mente un meme que se hizo viral hace unos años, el cual tiene tres momentos: en el primero, una persona pregunta, con entusiasmo, ¿quiénes somos? Ante lo cual un grupo de mujeres responde con el mismo ánimo: “somos mujeres”; en el segundo momento pregunta: ¿qué queremos? Las mujeres responden: “No lo sabemos”; y, en el tercer momento pregunta: ¿cuándo lo queremos? Y responden: “Ahora”.

Así pues, hay muchas bromas en ese sentido, en las que, por ejemplo, nos preguntan qué queremos comer y, supuestamente, cuando le damos la oportunidad a otra persona para que decida, no nos gusta la sugerencia, porque esperamos que sepa lo que queremos

Dejando de lado estas bromas, haciendo justicia al asunto y centrándonos en el ámbito laboral, las mujeres sí sabemos lo que queremos, y esperamos no tener que exigirlo porque es lo que corresponde: igualdad de oportunidades

Existen todavía muchas dificultades para lograr la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral; pero justamente el reto es evolucionar, lograr una sociedad más justa y para ello, necesitamos que se involucre el Estado, los empleadores y, en general, nuestro entorno.

Decisiones

Las mujeres queremos ser escuchadas en las reuniones de trabajo, con igual atención que cuando escuchan a nuestro par masculino, independientemente del sector o de la composición mayoritariamente masculina de la organización.

No queremos ganar menos que los varones por razón del sexo, sino que las remuneraciones sean iguales para puestos de trabajo de igual valor y que las excepciones se sustenten en criterios objetivos previamente delimitados, así como ascender cuando corresponda. Queremos que nuestro empleador tenga y ejecute su política salarial y, cuando corresponda, cuente con un plan para eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres.

No queremos que, cuando comunicamos que estamos embarazadas, nos vean con desánimo porque consideran que no seremos igualmente eficientes como antes de tener hijos, o que ya no podremos cumplir los objetivos de la organización.

No queremos que limiten el tiempo del uso de lactarios. Si no existe ninguna norma que controle el tiempo para ir al baño, ¿por qué tendría que controlarse el tiempo para el uso en el lactario? No debemos perder de vista que extraernos la leche que tomará luego nuestro bebé, es expresión del derecho a la salud del menor y de la madre y, lo debemos hacer cuando lo necesitamos, al principio nos toma más tiempo, pero luego pocos minutos.

No queremos que limiten el tiempo del uso de lactarios. Si no existe ninguna norma que controle el tiempo para ir al baño, ¿por qué tendría que controlarse el tiempo para el uso en el lactario? No debemos perder de vista que extraernos la leche que tomará luego nuestro bebé, es expresión del derecho a la salud del menor y de la madre y, lo debemos hacer cuando lo necesitamos, al principio nos toma más tiempo, pero luego pocos minutos.

No queremos que las organizaciones nos vean como una contratación más costosa que la del varón, queremos que se apliquen medidas que equilibren la balanza, para estar en igualdad de condiciones cuando participamos en un proceso de selección de personal. Queremos conciliar nuestra vida personal, familiar y el trabajo, así como vivir la corresponsabilidad familiar; esto es, la distribución igualitaria de las tareas domésticas y de cuidado entre los hombres y las mujeres al interior de las familias.

Si bien para lograr este último punto es importante la organización del trabajador, así como el compromiso de todos los integrantes de la familia, el empleador desempeña un papel muy importante, porque debe garantizar la salud mental del personal.

Al respecto, las medidas que adopta el empleador deben ser coherentes con la corresponsabilidad familiar. Así, si el empleador dispone un horario flexible o trabajo a distancia, los trabajadores con hijos o hijas en edad escolar, no debe disponerse solo para las trabajadoras, sino también para quien lo necesita, independientemente del sexo del trabajador.

Por lo antes expuesto, es indiscutible que la educación desde el hogar es fundamental para un cambio de mentalidad y, si bien, no necesariamente ocurren estas situaciones en todos los empleos, podemos reconocer que estos temas merecen atención. 

Toda decisión para que sea útil y beneficiosa para la sociedad, debe ser debidamente analizada, no queremos normas improvisadas que afecten la economía o que promuevan la informalidad, queremos que no se pierdan de vista estos temas y se ejecuten medidas en pro de la igualdad de oportunidades que nos ocupa hoy.

Así pues, si hay algo de cierto de las bromas a las que me refería al principio de este artículo, es que las mujeres sí sabemos lo que queremos, pero consideramos que no es necesario decirlo porque es obvio y, por ello, esperamos que el Estado, las organizaciones y nuestro entorno respeten y ejecuten medidas para garantizar nuestro derecho a la igualdad de oportunidades